Saber cómo identificar la deshidratación en los bebés, te ayudará a actuar de forma temprana y evitará que el bebé llegue a una deshidratación grave, acompáñanos a descubrir cómo saber cuando un bebé está deshidratado.
Deshidratación en bebés
La deshidratación ocurre cuando el cuerpo no tiene la cantidad de agua suficiente para trabajar correctamente, por un desequilibrio entre los líquidos que ingresan y los que se pierden.
La deshidratación en bebés se presenta con mayor facilidad que en los adultos por distintas razones como:
- Mayor pérdida de agua por evaporación a través de la piel y mucosas, por su bajo volumen corporal, es decir, su cuerpo es más pequeño.
- Mayor predisposición a enfermarse y presentar fiebre, diarrea o vómitos.
- Mayor porcentaje de composición corporal de agua, hasta un 70% de su peso es agua.
- Menor respuesta de los mecanismos de compensación ante la pérdida de líquido.
- Menor autonomía para solicitar o ingerir líquidos por su cuenta.
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Como saber cuando un bebé está deshidratado
Detectar si un bebé está deshidratado a tiempo, es fundamental para evitar posibles complicaciones de la deshidratación, especialmente cuando el bebé se encuentra enfermo. Estas son algunos signos y síntomas de deshidratación en bebés:
Deshidratación leve
Esta ocurre en días calurosos o después de actividades físicas prolongadas, sin la adecuada reposición de líquidos perdidos. Los síntomas son muy vagos y difíciles de identificar en esta etapa:
- Irritabilidad
- Llanto fácil
- El niño te pide agua
- Orinas amarillas un poco oscuras
Deshidratación moderada
Si las pérdidas de líquido continúan, sin una reposición adecuada de líquidos, o con pérdidas muy abundantes, como en la diarrea o los vómitos, el bebé puede pasar de una deshidratación leve a deshidratación moderada, con los siguientes síntomas:
- Boca y lengua seca, con saliva espesa y pegostosa.
- Labios resecos. En “labios resecos en bebés: ¿Cómo tratarlos y prevenirlos?” puedes ampliar esta información.
- Llanto con pocas lágrimas.
- En los niños pequeños, se puede notar que la fontanela de la parte superior de la cabeza está hundida.
- El bebé orina menos y la orina se encuentra concentrada, con color oscuro.
- La piel del bebé se torna seca y fría.
- Irritabilidad y llanto inconsolable. La deshidratación causa malestar general, por lo que tu bebé se irrita fácilmente y será difícil de calmar.
- Debilidad o falta de energía, el bebé se muestra menos activo de lo normal.
Deshidratación grave
Cuando es imposible reponer las pérdidas o estas son muy abundantes, el bebé puede llegar a tener una deshidratación grave. La deshidratación grave debe ser manejada por vía endovenosa, hasta recuperar la estabilidad del niño. Estos son algunas manifestaciones de deshidratación grave:
- Pañal seco o ausencia de orina por más de 8 horas.
- Piel arrugada y seca. Se puede identificar al pellizcar la piel del bebé, que tarda en alisarse. Esto se conoce como signo del pliege y es signo de deshidratación.
- El niño llora sin lágrimas.
- El bebé tiene los ojos hundidos. Aparecen ojeras hundidas, las zona debajo de los ojos suele verse abultada.
- Manos y pies pálidos y fríos.
- Somnolencia acentuada. El bebé está más inactivo de lo normal, incluso cuando intentas darle pecho.
- Pérdida de la consciencia.
- Ictericia, en algunos bebés se puede presentar coloración amarillenta de la piel en casos de deshidratación grave.
- Pérdida de peso. Los bebés con deshidratación grave pueden perder entre un 5 a 10% de su peso corporal.
Cuándo Llamar al médico
En ocasiones las sales de rehidratación oral no funcionan para hidratar al bebé, especialmente en diarrea graves y vómitos persistentes. En estos casos es necesario que te comuniques con el médico o acudas al servicio de urgencias para que el bebé reciba hidratación por vía intravenosa.
Otras razones para llamar al médico:
- Signos y síntomas de deshidratación grave.
- Cambios en el color del popo.
- Si el niño se niega a beber la solución de rehidratación oral.
- Presenta vómitos persistentes.
- Se deshidrata más o parece no recuperarse.
- Presenta vómitos o popo con sangre.
- Vómitos de color verde o con apariencia de café molido.
- Fiebre alta por más de 24 horas.