Consiste en una prueba sencilla y que no repercute ningún riesgo, en la cual se registra la actividad eléctrica del corazón, qué se produce durante cada ciclo cardíaco.
Para realizar esta prueba, se colocan unos electrodos sobre la piel de tu pecho, los cuales estarán unidos a un equipo, llamado electrocardiógrafo, mediante unos cables.
Este equipo registra la actividad eléctrica del corazón y la dibuja sobre un papel cuadriculado, dónde se observan diferentes ondas, qué representan los estímulos eléctricos de las aurículas y los ventrículos del corazón.
Con esta información, el médico puede medir el ritmo y la regularidad de los latidos cardíacos, el tamaño y la posición de las aurículas y ventrículos.
Un trazado anormal, permite detectar distintas enfermedades del corazón como arritmias, bloqueos, infarto cardíaco, angina de pecho, entre otras.